Las vías ferratas podrían considerarse las hermanas pequeñas de la escalada, y para disfrutarlas no es necesario tener grandes conocimientos, sobre todo cuando se trata de las versiones más sencillas. Lo mejor de este deporte es la magnífica posibilidad de subir espectaculares paredes y llegar a cimas que, salvo con la escalada, no se podrían alcanzar.
Hasta la K3 no presentan grandes problemas, por lo que cualquier persona medianamente preparada y -muy importante- que no sufra de vértigo, puede hacerlas con relativa facilidad, pero a partir de la K4 empieza a ser necesaria una buena preparación física y mental, así como experiencia suficiente.
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